Tras siete apasionantes temporadas, se despide de nosotros The Good Wife, una de las mejores series de televisión de la última década. El drama legal por excelencia de la televisión de los últimos tiempos.
Esta semana hemos tenido que decir adiós a Alicia, Eli, Diane y compañía, con mucho pesar, pero también con el pleno convencimiento de que es mejor darle un final digno en un momento en el que la serie todavía se encuentra en, una relativa buena forma, que ir estirándola hasta que no dé más de si y que pierda su propia identidad como ha pasado con muchas otras.
Lo mejor que se puede decir de The Good Wife es que sus siete temporadas han sido de lo más regulares que hemos podido ver en una serie tan longeva y con muy pocos momentos en los que la calidad de la serie haya caído. Tal vez podríamos decir que la sexta temporada fue la más floja porque, además, se alejaba un poco del género de la abogacía para ensalzar más las tramas políticas. O tal vez este bajón de calidad se hizo más notorio al producirse después de una espectacular quinta temporada, dónde pudimos disfrutar de algunos de los mejores capítulos del show, como el espectacular Hitting the fan (5x05), capaz de dejarnos sin aliento en más de una ocasión.
Una de las mayores virtudes de The Good Wife fue mantener un magnífico equilibrio entre las tramas cerradas de cada capítulo y la trama global que sirvió de hilo conductor a toda la serie. Fue, además, una serie que siempre se mantuvo acorde con los tiempos que corrían y los casos que se trataban en los juzgados en la ficción solían estar en consonancia con temas de actualidad en la vida real, algo que es muy de agradecer pues nos hacía reflexionar sobre determinados temas y verlos desde diferentes puntos de vista. Escuchas ilegales, políticos y jueces corruptos, invasión de privacidad por drones que sobrevuelan terrenos particulares, difamaciones en las redes sociales... las historias de la serie supieron evolucionar con los tiempos.
No podemos olvidar el genial reparto de la serie, encabezado por una magnífica Julianna Margulies acompañada por unos no menos destacables Matt Czuchry y Christine Baranski, a la que ya se rumorea están tanteando para un spin-of de la serie.
Junto a ellos pudimos disfrutar de uno de los grandes espectáculos de la serie, el genial Alan Cumming, al que espero que fichen enseguida para otra serie y no perderle de vista. Y no nos olvidemos de otros dos actores importantísimos: Josh Charles y Archie Panjabi que abandonaron la serie antes de tiempo.
Otros actores de renombre se dejaron ver por la serie de manera, más o menos recurrente, como Michael J. Fox, Jeffrey Dean Morgan, Matthew Perry o Matthew Goode.
Como no podía ser de otra forma, la serie fue bastante maltratada en nuestro país, con cambios de horario continuos, largas temporadas sin emisión (llegó a tener una temporada entera de retraso con respecto a USA) y con atracones de episodios para ponerse al día.
Respecto al final, sin hacer spoilers, diré que no me ha gustado demasiado y se me ha quedado un poco soso, aunque como suelo decir en estos casos, aquí lo importante no ha sido el final del camino, sino todo el recorrido que hemos pasado hasta llegar al final. Y ese, os aseguro que lo he disfrutado como pocos.
Hasta siempre Alicia, te echaremos de menos.
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