Antes de nada más debo decir que me resulta muy difícil escribir una crítica de esta película sin hacer odiosas comparaciones con el libro que adapta, así que voy a dividir la crítica en dos partes; primero intentaré analizar la película olvidándome del libro y después lo haré comparando ambas fuentes. Lo siento, pero esta crítica no será en pocas palabras.
La sexta entrega de Harry Potter es posiblemente, a nivel cinematográfico, la mejor hasta ahora de la saga. A pesar de sus 152 minutos de metraje (muy similar a las anteriores entregas) el film es realmente ameno y divertido, muy bien hilada la historia sin dar la sensación de estar hecha de retales, como sucedía con su predecesora, también dirigida por David Yates, y muy equilibrada en su combinación de drama, comedia y romance, fallando únicamente el elemento del suspense, pues empieza a dar demasiadas pistas muy pronto dejando entrever cómo se desarrollarán los acontecimientos.
También se nota, por fin, un salto en la calidad interpretativa de los actores más jóvenes (aquí incluso me ha sorprendido el salto de calidad de algunos de los actores de doblaje) con una gran mejoría de Rupert Grint que finalmente ha explotado la comicidad de su personaje sin parecer estúpido. También Emma Watson y, sobre todo, Daniel Radclife han mejorado notablemente. Se nota que compaginar otros trabajos con la saga de Potter les ha servido de mucho. Evidentemente nada que reprochar a los adultos, aunque tienen pocas líneas en esta entrega. (He echado de menos más protagonismo para Maggie Smith).
Para terminar, solo me planteo cuál será la razón de que los trailers siempre tengan mejor doblaje que las películas.
Paso ahora a valorar la película como adaptación.
Aquí si que casi no hay por dónde cogerla y me ha parecido casi un insulto a los seguidores de los libros y al propio libro. Y es que no contentos con los errores que iban cometiendo película tras película, aquí lo han elevado a la máxima potencia, haciendo casi que cualquier parecido con el libro sea pura coincidencia. Y no estoy hablando del recurrente argumento de dejar fuera del film pasajes del libro de gran importancia, pues esto me parece normal. Todos sabemos que es imposible llevar todo un libro a 150 minutos de película. Pero mi pregunta es ¿si eliminamos cosas porque nos pasamos de tiempo, porqué empezamos a inventarnos escenas y secuencias salidas de la nada? Señores, empleemos esos valiosos minutos en dar información importante y real de la narración original y no estropeemos la historia. Y por otro lado, si ruedan pasajes del libro ¿porque las modifican cambiándoles radicalmente su significado? Claro que también tenemos los errores heredados de ir eliminando cosas importantes en películas anteriores, que ahora son imprescindibles para el desenlace de la historia y empezamos a precipitar acontecimientos que deberían estar en los films que aún están por llegar, para dejar tiempo para contar cosas que ya deberían haber sido contadas.
Lo que más me indigna de todo esto es la pasividad, permisividad y complicidad de J.K. Rowling que, se supone es co-guionista o, al menos, supervisora del guión. La única teoría que se me ocurre es que a toro pasado y, ya algún tiempo después de escribir las novelas, haya tenido esa revelación que suelen tener la mentes creadoras de pensar “si tuviera que volver a hacerlo, lo haría de otra forma” y esté aprovechando las películas para desquitarse. En caso de que esto fuese así, me gustaría decirle a la Sra. Rowling, que deje las cosas como estaban, que lo hizo muy bien la primera vez.
Ahora solo nos queda esperar al 19 de Noviembre de 2010 y 15 de Julio de 2011 para ver las dos partes en qué han dividido Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.
Lo mejor: El salto de calidad interpretativa, su equilibrio y los personajes de Ron Weasley y Draco Malfoy.
Lo peor: Está a años luz del libro. Es previsible y deja entrever cosas que aún no deberían ser mostradas.
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0417741/