Pues, contra todo pronóstico, me ha gustado esta primera temporada de The Mist (La Niebla). La verdad es que tenía muy pocas esperanzas puestas en ella habida cuenta de algunas de las críticas negativas que se habían publicado de gente que había visto los primeros capítulos y de que, salvo honrosas excepciones, las adaptaciones de obras de Stephen King no suelen ser precisamente productos de buena calidad.
Sin embargo (y tal vez eso sea lo bueno) The Mist no es una adaptación propiamente dicha de La Niebla, la conocida obra del escritor de Maine, sino que toma como base el mismo punto de partida pero después fluye por caminos diferentes, con algunas tramas que no aparecen en el libro, uno de los más cortos de King.
La serie resulta bastante entretenida y, a mi al menos, engancha casi desde el principio. Además, son únicamente diez capítulos, por lo que es fácil verla casi del tirón. Las subtramas que se van creando resultan bastante interesantes (unas más que otras. Alguna como la que se desarrolla en el hospital me ha sobrado) y sirven para demostrar una vez más que, sean cuáles sean los terrores que puedan asolarnos, sean cuales sean las amenazas o los monstruos que nos acechen, el verdadero monstruo al que todos debemos temer y que es capaz de las mayores atrocidades es el propio ser humano. Y cómo este, en situaciones límite, es capaz de llevar a cabo las acciones más inauditas.
El reparto está compuesto por un grupo de actores y actrices bastante desconocidos la mayoría y, aunque tenemos a un pequeño grupo protagonista, es una serie muy coral, lo que ayuda a mantener la tensión ya que enseguida nos damos cuenta de que ningún personaje es imprescindible y cualquiera puede caer víctima de La Niebla, que acaba por resultar un personaje en sí misma.
A nivel técnico, la serie cumple sin alardes. Los efectos especiales son adecuados y la banda sonora otro tanto. Me ha gustado especialmente el trabajo de fotografía, que nos deleita con algunos planos muy trabajados, generalmente para mostrarnos los efectos de la niebla en sus víctimas.
A nivel técnico, la serie cumple sin alardes. Los efectos especiales son adecuados y la banda sonora otro tanto. Me ha gustado especialmente el trabajo de fotografía, que nos deleita con algunos planos muy trabajados, generalmente para mostrarnos los efectos de la niebla en sus víctimas.
En general, el desarrollo de la historia resulta bastante previsible y se ven venir a leguas la mayoría de los giros de guión y golpes de efecto con los que intenta sorprendernos, pero sí hay que reconocerle que con algunos sí consiguió sorprenderme gratamente.
Aún a pesar de esa previsibilidad, consigue mantenernos intrigados y pegados a la pantalla.
Y me ha gustado mucho el desenlace que, siendo bastante diferente al del libro, es muy del estilo de los finales de King y aunque cierra con acierto la mayoría de las tramas, deja una puerta abierta para una, más que posible, segunda temporada.
Habrá que estar atentos.