Llegamos al final de la segunda trilogía, o como se ha dado en llamar, la trilogía original o trilogía clásica. Esta era, con diferencia, la que tenía más olvidada, con lo cual puedo decir que ha sido casi como verla por primera vez pero conociendo la historia de antemano. Y, como no, sigue siendo una gran película.
Continuación directa de El Imperio Contraataca, El Retorno del Jedi llegó para cerrar la historia de Anakin Skywalker, el verdadero protagonista de la saga. Una historia clásica, del héroe que cae desde la luz a las tinieblas más oscuras para redimirse al final en su último aliento, demostrando que hasta el más temible villano de la historia del cine, en el fondo, no era tan malo.
Sin llegar al nivel de su predecesora, El Retorno del Jedi es una película bastante desenfadada en la que predomina la aventura y el desarrollo de los personajes de cara al desenlace de la historia. Un desarrollo en el que pasan muchas cosas, pues director y guionistas se preocuparon de que no quedaran cabos sueltos ni ninguna historia sin cerrar. (De ahí que una de las mayores incógnitas que rodea al estreno del esperadísimo Episodio VII: El Despertar de La Fuerza sea qué nuevas historias nos van a contar una vez que la historia de los Skywalker ya ha sido contada)
Como no podría ser de otra manera, el film sigue expandiendo el universo que ya conocíamos y lo sigue dotando con nuevos y numerosos elementos, entre los cuales destacan los Ewoks, unos simpáticos personajillos que parecen osos de peluche y que, aunque para muchos no acaben de encajar en la historia, haciéndola bastante infantil, tienen una importancia vital en el desarrollo de la misma.
La película cuenta con gran cantidad de momentos de acción desenfrenada, como las persecuciones en los motojets o las batallas espaciales con otras mucho más sosegadas y comedidas como algunas de las que desarrollan en el interior de la guarida de Jabba el Hut, donde además tenemos una de las escenas más míticas, recordadas y parodiadas/homenajeadas de toda la saga. Me refiero, claro está, a la de la Princesa Leia con el sexy bikini dorado y sujeta con cadenas.
Cuenta, además, con otra escena que era de sumo interés hasta que se estrenó la primera trilogía, que es esa en la que Darth Vader le pide a Luke que le retire el casco y veíamos por fin el rostro del hombre más temido de la galaxia, consumido y demacrado.
Y hace unos meses os habría dicho: "Y colorín colorado, este cuento se ha acabado", pero gracias a Disney y J.J. Abrams, mañana volveré a estar aquí, analizando un nuevo episodio de la saga galáctica. Y me alegra poder decir que no será el último.
Lo mejor: Es la más completa después de El Imperio Contraataca y cierra perfectamente todos los hilos argumentales de la historia. Las escenas de acción.
Lo peor: Aunque no me disgusten los Ewoks, hay que reconocer que algunas de sus escenas de combate resultan más bien risibles. Hay algunas situaciones a las que no queda demasiado claro cómo se ha llegado. Da la sensación de que nos hemos perdido algo.
Nota: 7/10
La frase: "Yo soy un Jedi, como mi padre antes que yo"
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