Nos encontramos ante la que es, al menos para mi, la mejor película que se ha hecho hasta el momento sobre el héroe de las telarañas. Es más, es una de las mejores películas de superhéroes que hemos tenido hasta la fecha, junto con El Caballero Oscuro y Capitán América: El Soldado de Invierno.
Sin el lastre de tener que introducir a los personajes ya conocidos de la primera entrega, la cinta puede centrarse y recrearse en las escenas de acción y darle al villano de turno la importancia que se merece, algo de lo que adoleció un poco su predecesora.
Mucho se habla de El Buitre de Michael Keaton en Spider-man Homecoming, al que muchos encumbran como el mejor villano visto hasta ahora en la películas de superhéroes. Sin querer entrar en polémicas y discutir eso, pocos parecen recordar al maravilloso Dr. Octopus de esta Spider-Man 2 interpretado magníficamente por Alfred Molina. Es cierto que su concepción se aleja un poco de lo visto en los cómics, de echo, en ellos, los brazos de Octopus son controlados por la mente del villano y en la película los brazos tienen vida propia y son ellos los que imponen sus deseos al Doctor. En los cómics es común ver a Doc Oc separarse de sus brazos e incluso controlarlos a distancia, algo que no pasa aquí. De hecho, en la película, el Doctor Otto Octavius no es capaz de separar los brazos de su cuerpo.
Cuando analicé Spiderman, comenté que una de las cosas más criticadas había sido el tema de las telarañas respecto a su agotamiento o deterioro. En esta segunda parte, Raimi parcheó el problema introduciendo algo bastante habitual en los cómics: las contantes crisis de identidad de Peter y sus dudas sobre si elegir su vida de civil o la de superhéroe. Estos trastornos hacen que, durante la historia, nuestro querido Hombre Araña pierda sus poderes en varias ocasiones, lo que equivaldría un poco a la cuestión de los lanzarredes ya expuesto con anterioridad.
Fuera de eso, el guión es muy sólido y las interpretaciones mantienen el buen nivel de la primera entrega, así como los espectaculares efectos especiales, que nos brindan algunas de las mejores escenas en este tipo de cine, como la del tren, a pesar de los múltiples fallos que contiene.
Además, se ha dado un poco más de cancha al personaje de J.J. Jameson, (especialmente en la versión Spiderman 2.1) lo cual se agradece porque son escenas muy graciosas y porque J.K. Simmons es un auténtico fenómeno.
Para terminar, resaltar uno de los puntos más negativos desde mi punto de vista y que, por desgracia, se repetirá hasta la saciedad también en la tercera entrega de esta saga así como en las películas de las sagas siguientes: la tremenda facilidad que tiene Spiderman, o sus enemigos, para quitarse la máscara y aparecer a cara descubierta delante de un montón de gente sin que, aparentemente, se preocupe de mantener en secreto su identidad.
Tampoco tiene mucho sentido la forma en que el personaje de Harry Osborn (James Franco) es "arrastrado hacia el lado oscuro" para convertirse en el Nuevo Duende.
Lo mejor: Los efectos visuales. El guión. El Dr. Octopus. La secuencia del tren (recientemente imitada en Spider-Man Homecoming).
Lo peor: Que Spiderman aparezca a cara descubierta tantas veces. La "capacidad" de Harry para escuchar a los muertos.
Nota: 8,5/10
La frase: "No seré Spider-Man nunca más"
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