Tengo sonando de fondo la maravillosa banda sonora de la película mientras escribo esta líneas. Concretamente en este momento suena el tema "This is me" que ayer mismo se llevó el Globo de Oro a la Mejor Canción Original y tiene todas las papeletas para repetir en los Oscar que se celebrarán el próximo 4 de marzo.
Y lo genial es que no me extrañaría que no fuera la única canción de la película que se lleve alguna nominación porque prácticamente todos los temas del film se te meten en el cuerpo desde el primer momento, se incrustan en tu cerebro y son muy dificiles de olvidar.
Es el más grande de los valores de una película que está llena de virtudes. Al contrario de lo que sucede (al menos a mi) con otros musicales, en los que tardas en hacerte a las canciones y a las melodías, los temas de El Gran Showman tienen algo que hacen que resulten muy familiares y que al poco de estar sonando ya estemos cantando los estribillos por lo bajinis. Es cierto que ciertas combinaciones musicales en seguida nos asaltan y nos recuerdan poderosamente a temas muy conocidos. Es inevitable que cierto momento del tema "The greatest show" no nos recuerde al cansino "Despacito" o que suceda lo mismo con el temazo "Never enough" y "We are never ever getting back together" de Taylor Swift. Sin embargo es una sensación muy pasajera e inofensiva y puede que ni siquiera nos demos cuenta hasta días despues.
Más allá de la música, El Gran Showman destaca también su cuidado apartado visual, con un gran trabajo de montaje, fotografía y una dirección artística de lujo. La dirección de Michael Gracey no parece para nada la de un novato y la película tiene mucho ritmo y es muy compacta. Toda la cinta está envuelta en un aura de magia, ilusión y cine clásico.
Las interpretaciones son todos muy acertadas destacando especialmente la del australiano Hugh Jackman que hace ya mucho que ha demostrado su valía para todo tipo de papeles y para todo tipo de circunstancias. Un actor al que, para mi, todavía no se le ha dado todo el reconocimiento que merece.
En el Debe de la película únicamente podríamos poner su trama. Aunque el guión es bueno, la historia que cuenta es muy común y ya está demasiado vista. El cuento del soñador que consigue llegar a lo más alto partiendo de la nada, para despues perder la cabeza y descender a los infiernos antes de la redención final está ya muy trillada. Es cierto que la película profundiza en temas como la lucha de clases, la discriminación, el odio al diferente y la aceptación de uno mismo, pero no consiguen borrar esa sensación de que esto ya lo hemos visto antes.
Aún así, es una película que disfrutarán mucho todos los que disfruten con los musicales y saldrán de la sala más que satisfechos.
Lo mejor: Sin duda, la música y las canciones. Hugh Jackman. Su espectacular puesta en escena. El personaje del crítico del periódico.
Lo peor: La historia está muy vista. La subtrama de Rebecca Ferguson pasa demasiado rápido y no se ha explotado lo suficiente. Aunque está bien, esperaba un poco más de Michelle Williams. Los subtitulos de las canciones son horribles y muchas veces lo que ponen tiene poco que ver con lo que realmente se está diciendo.
La frase: "No necesitas que todo el mundo te quiera. Basta con unas cuantas buenas personas."
Nota: 8/10