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lunes, 8 de febrero de 2016

"EL RENACIDO": Crítica de cine en pocas palabras


Alejandro G. Iñarritu se ha convertido, de la noche a la mañana, en un director capaz de no dejar indiferente a nadie; sea para bien o para mal. Si hace justo un año andábamos todos revolucionados con su laaaaaaaargo falso plano-secuencia en la oscarizada Birdman, este año vuelve a estar en boca de todos con una película que vuelve a ser un alarde técnico en sí misma, pero a la que se le critica su falta de profundidad de guión. Aún así, está arrasando allá por dónde pasa y parte como gran favorita para los Oscars de este año con doce nominaciones.

No seré yo quien venga a discutir eso, desde luego, el guión del film es bastante simple y no va mucho más allá de la típica historia de supervivencia y venganza (a grandes rasgos, claro está). Una historia además que, para no ser ciencia ficción, exige mucha colaboración del espectador para creerse todo lo que le sucede al pobre Di Caprio. Sí, es de esas historias en las que llegado cierto momento de la película te planteas cuáles y cuántas más cosas horribles le pueden ocurrir al pobre desgraciado. Y claro, te planteas también de qué raza es o de qué planeta ha venido, porque está claro que humano no es.

Por otro lado la película nos ofrece dos interpretaciones brutales: la de Di Caprio que, este año parece que si (y merecidamente, sin duda), se llevará el ansiado Oscar a casa y la de Tom Hardy, un actor que, hasta ahora no me había parecido destacable en ningún papel de los que le había visto, pero que aquí lo borda y se ha ganado mi atención. Lo tendrá difícil de cara al premio, pues creo que su categoría es una de las más difíciles de este año y todo parece estar muy de cara para Stallone. Aunque nunca se sabe y, si finalmente se lo dieran a Hardy, estaría bien dado.

Retomando el tema del posible Oscar para Di Caprio, quiero aclarar que no es que crea que este sea el mejor papel de su carrera hasta ahora, pero sí creo que, de los cinco candidatos, es el que tiene el papel más difícil y exigente, con permiso de Redmayne en La Chica Danesa, y Leonardo lo ha sacado adelante de forma brillante. 

Donde la película destaca, sin ningún tipo de duda, es en los apartados técnicos. Cuenta con una dirección artística y una fotografía que quitan el hipo y que, seguramente, se llevarán uno o los dos Oscars en cuestión, también es cierto que llegado a cierto punto Iñarritu abusa un poco de las preciosas y poéticas imágenes alargando el film innecesariamente y corriendo el riesgo de que resulte pesado y con un ritmo narrativo excesivamente lento. Por suerte eso no llegó a materializarse en mi caso y las casi dos horas y media de metraje son tolerables. 

Siguiendo con lo técnico, la película goza también de un apartado sonoro destacable así que si queréis disfrutar la cinta en todo su esplendor, iros al cine o esperar a verla con el home cinema de casa cuando salga en DVD, pero pasad de screeners porque os perderéis lo mejor de la película y sería una lástima.

Lo mejor: La fotografía; cada plano es una pequeña obra de arte. Las interpretaciones de los dos protagonistas.

Lo peor: Llega un momento en el que Iñarritu se recrea demasiado en lo visual, dándole más importancia que a la propia historia y sus personajes.

Nota: 7,5/10

La frase: Ya no tengo miedo a morir. Eso ya me ha pasado.



 


Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1663202/

2 comentarios :

  1. La película Rambo coleteaba en mis recuerdos como el sabor dulce de un sugus color violeta y la promoción en el reverso de su envoltorio que animaba a completar la palabra BICICLETA y que tantas indigestiones me produjo. Subí a lo alto del edificio donde vivía con mis padres, la azotea de un 4ª piso, y salté a la copa de un viejo pino que adormecía entre las paredes del patio de luces. El golpe contra el suelo fue atroz, en un sentido oculto, casi esotérico; la pierna me sangraba cerca de la rodilla y una de las ramas había atravesado mi vientre. En ese instante de conmoción se abrió la verja del patio de luces dando paso al Mastín devora hombres que con fuerza inusitada me zarandeo cuatro veces en el aire antes de tomar aliento y recomenzar su juego de la muerte. En un descuido, el perro miraba hacia otro lado, arranqué la rama de mi cuerpo y se la clavé con furia en su garganta… no le dejé opción. Tenía 8 años.

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