Dura. Demasiado dura.
De vez en cuando nos llega alguna película de este tipo, que nos hace poner los pies en la tierra y recordar que el mundo real no es un mundo de fantasía como nos suelen contar las películas.
No tengo ni idea de si el libro que adapta la película se basa en una historia real, pero ya sabemos aquello de que la realidad siempre acaba por superar a la ficción y, aunque la historia sea todo producto de la imaginación de la escritora o los guionistas, hay muchos elementos del film que nos recuerdan a tristes realidades que vemos casi a diario en las noticias.
De todas formas, a nivel artístico, la película no me ha parecido merecedora de tanto reconocimiento (confieso que el mal cuerpo que te deja el film puede hacer que no sea del todo objetivo al juzgarla). Es cierto que el papel de Mo’nique es brillante y que el de la debutante Gabourey Sibide tampoco está mal (aunque desde luego no me parece merecedora de una nominación a un Oscar). También me ha gustado el montaje en algunos momentos muy concretos, pero en general, si olvidamos su gran crudeza, me ha parecido una drama más.
No recomendada para espíritus sensibles.
Lo mejor: Las escapadas oníricas de Precious cuando la cosa se pone fea; evita recrudecer aún más los hechos no mostrándolos directamente. Mo’nique.
Lo peor: Aún así, es demasiado dura. Demasiadas desgracias concentradas en una sola persona le dejan a uno muy mal cuerpo.
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