Enmarcada en el nuevo proyecto de Disney de crear versiones en imagen real de sus clásicos de animación, La Cenicienta es una revisión del clásico que, poco o nada aporta a lo que ya teníamos con la versión animada, con excepción de un trabajado apartado visual en el que destacan, sobre todo el vestuario, nominación al Oscar incluida, y el diseño artístico.
Si bien ha sido un acierto la elección de Keneth Branagh como director, cuya mano se nota a lo largo de la película, con una ambientación muy de su estilo, el trabajo de los actores no pasa de lo mínimo exigible y únicamente destaca, aunque no demasiado, Cate Blanchet en el papel de la pérfida madrastra de la protagonista y Helena Bonham Carter que tiene una pequeña, pero divertida intervención como hada madrina.
Cabe mencionar que, al contrario que en la versión animada, aquí no encontraremos canciones y secuencias musicales excepto la imprescindible del baile.
La película gustará a los más jóvenes y a los amantes de las historias de amor edulcoradas y con final feliz. Para el resto, aunque no se hace aburrida, pasará sin pena ni gloria.
Me quedo con la versión animada.
Nota: 5,5/10
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