Hace poco más de un año, Netflix, la famosa plataforma de cine y televisión en streaming, se desmarcaba con una serie que hizo las delicias de todo el mundo destapándose como una de las series del año y convirtiéndose instantáneamente en una serie de culto y referencia para todos: Stranger Things. Una serie que tomaba como arma principal su continua apelación a la nostalgia y fascinación que vive el mundo actual por los años ochenta del siglo pasado. Pero lejos de estancarse ahí, también contaba con una historia magnífica plasmada en un guión muy cuidado y con mucha atención a los detalles.
Ahora, para su segunda temporada, la gran cuestión era si sus creadores, los hermanos Duffer, serían capaces de mantener ese nivel tan alto y responder solventemente a las espectativas creadas con la primera entrega. Así que, la gran pregunta es: ¿lo han conseguido?
Pues si. Pero no del todo. Me explico:
La serie sigue la misma línea de la anterior, algo que en líneas generales es de agradecer, pero claro, también es un arma de doble filo porque se ha perdido gran parte del elemento sorpresa que era una de sus grandes bazas. En cuanto al factor nostalgia del que antes hablaba, la serie mantiene una ambientación de lujo, en la que seguiremos contando con continuas referencias al cine y televisión de la época, así como a los inicios de los videojuegos y la era de la informática doméstica, todo aderezado con una estética muy particular perfectamente acompañada por una banda sonora que nos transporta sin dificultad a 1984, año en el transcurre la acción. El capítlo dos es todo un homenaje a Los Cazafantasmas.
También mantiene la particular, y ya inconfundible, ambientación del Mundo del Revés, que sigue siendo igual de tétrica, opresiva y asfixiante. Otro de los grandes aciertos de la serie.
Los actores han crecido, y no me refiero solamente a la edad y estatura. Algunos como Millie Bobby-Brown son ya auténticas estrellas mediáticas, y otros como Finn Wolfhard ya han dado sus primeros pasos en el cine (IT). En esta temporada se les notan más tablas y eso siempre ayuda. Tampoco desentonan las nuevas incorporaciones, ni los adultos ni los más jóvenes e incluso Winona Ryder ha dado un paso adelante y me ha gustado más en esta ocasión.
Hasta aqui todo perfecto, sin embargo hay determinados elementos que me hacen pensar que, aunque la serie sigue siendo fantástica y engancha de principio a fin, en esta temporada ha bajado un punto o punto y medio por debajo de la primera entrega. Y os hablo de ellos a continuación.
La primera temporada contaba con solo ocho capítulos y esto fue considerado por una gran mayoría como uno de los grandes aciertos de la serie. Si bien es cierto que, al final, te quedabas con ganas de más, su corta duración hacía que la serie fuese al grano y que las subtramas fueran escasas y todas con mucho peso en la historia principal.
En esta segunda entrega, la temporada se ha ampliado un capitulo más hasta un total de nueve episodios, lo que sería un acierto si no fuera porque, al menos a mi (y por lo que he ido leyendo a lo largo del día, no solo a mi) me ha sobrado un capítulo. Un capítulo que está ahí metido con calzador con una subtrama completamente forzada y que corta drásticamente el ritmo de la serie. Si como yo estás viendo varios capítulos de un tirón, el capítulo siete te corta el rollo completamente. Innecesario. Incluso aunque sea una historia que pueda tener su importancia en futuras temporadas, la forma de incrustarla ahí ha resultado, como poco, una decisión bastante cuestionable.
Esto me lleva a hablar de otra de las cosas que hacen que esta temporada no esté a la altura de la anterior: las subtramas. En esta ocasión no son especialmente interesantes y para lo único que sirven es para desviar la atención de lo verdaderamente importante de la serie. (Y alguna para contentar a algun sector fan) Aquí no critico que se hayan incluído, pues no me han disgustado. Simplemente no las encuentro tan importantes o necesarias como cabría esperar.
Por último el otro gran error, quizás el más grave y palpable, es que aunque la trama central resulta muy interesante y absorbente, su desarrollo implica que los chavales, verdaderos protagonistas de la historia, se pasen gran parte del tiempo actuando por separado, lo que hace que la química entre ellos que transmitía ese punto de ternura, sentimiento de amistad y compañerismo de grandes aventuras quede muy desdibujado y se eche mucho de menos.
Por último no quiero dejar de mencionar que, igual que sucedía con la primera entrega, el doblaje al español de los personajes adolescentes es una auténtica tortura para los oídos. Está claro que, a estas alturas ya es algo de dificil solución porque tienen que mantener la continuidad, pero algunos casos son sangrantes.
En fin, son detalles que no enturbian el sentimiento de que seguimos estando ante una gran serie y que nos deja un año más con los dientes largos y esperando como agua de mayo la tercera temporada que, según dicen, debería comenzar a rodarse en enero de 2018 para estrenarse hacia el verano de 2019.
¿Aguantaremos tanto tiempo?
¡Muy de acuerdo con lo que dices! Sobre todo con el tema del doblaje jajaja
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