Dirigida por un desconocido, en aquel entonces, Ridley Scott se estrenaba en 1979 la película Alien, el 8º pasajero, una modesta cinta de terror que se convertiría en punto de inflexión y en referente tanto en ese género como en el de la ciencia ficción.
La película cuenta con una ambientación soberbia, que es una de sus mayores virtudes. Su fotografía, su trabajo con la iluminación y una dirección artística invadida por la perturbadora inspiración proporcionada por el diseñador H.R. Giger consiguen un entorno tan hostil, opresivo e incomodo para el espectador como lo es para los pasajeros de la Nostromo. Casi podemos sentir la humedad en nuestros huesos.
Es verdad que con el paso de los visionados la película pierde uno de sus grandes atractivos, que es el factor sorpresa y su desarrollo resulta un poco más lento de lo deseable, pero ello no hace decrecer un ápice el disfrute que podemos sentir al recorrer esos pasillos iluminados por luces fluorescentes una y otra vez.
Sin duda el gran acierto de la película, aparte de su forma de combinar el terror y la ciencia ficción y su efectiva forma de ocultar más que mostrar, es el propio Alien. Una criatura temible y mortal, con un diseño innovador y revolucionario tanto a nivel visual como biológico. Un ser que ha pasado a formar parte de la cultura popular en cualquiera de sus tres fases evolutivas, lo que no es poca cosa. Un gran acierto.
El film cuenta con un reparto que a día de hoy diríamos que está plagado de estrellas pero que en aquel momento eran casi desconocidos: Sigourney Weaver, Tom Skerrit, Ian Holm, John Hurt, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton y Yaphet Kotto.
Esto me lleva a mencionar el otro motivo por el que Alien supuso una revolución cinematográficamente hablando, pues fue una de las primeras veces, al menos con gran repercusión mediática, en la que el héroe y la gran estrella de la función no era un hombre, sino una mujer. La teniente Ripley se convirtió por méritos propios en un referente para posteriores producciones de terror, acción y ciencia ficción y es uno de los grandes iconos cinematográficos del siglo XX.
En cuanto a la versión del director, que es la que he revisionado para esta ocasión, las escenas añadidas no son demasiadas ni alteran el desarrollo de la trama. Simplemente amplían algo de información, pero nada relevante.
A lo largo de casi cuarenta años, Alien, el 8º pasajero ha sido plagiada, copiada, imitada, parodiada y también ha servido de inspiración para obras de calidad aceptable (como de la reciente Life) sin embargo ninguna obra ha llegado al nivel marcado por la película de Scott.
Alien ganó el Oscar a los Mejores Efectos Especiales y estuvo nominada también al de Mejor Dirección Artística.
Lo mejor: La ambientación. El Alien. Los diseños de Giger. Ha envejecido muy bien.
Lo peor: Las incógnitas que deja (aunque a día de hoy muchas ya tengan respuesta) Con el paso de los visionados pierde el factor sorpresa. Veronica Cartwright nunca acabó de convencerme como actriz, pero aquí menos.
Nota: 8,5/10
La Frase: "En el espacio, nadie puede oír tus gritos"
(No se menciona durante la película, pero esta frase promocional del cartel es tan icónica que no he podido escoger otra mejor)
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0078748/
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