Pues ya me toca a hablar de Un monstruo viene a verme, la nueva película dirigida por J.A. Bayona, de la que todo el mundo habla y que no está dejando indiferente a nadie. La verdad es que con la brutal campaña de promoción que le está haciendo Mediaset, está la cosa como para no ir a verla, especialmente de cara a evitar posibles spoilers. Aunque a decir verdad, la película es tan previsible que tampoco esto importa demasiado.
El caso es que, como suele pasar en estos casos, tanto estar en boca de todo el mundo acaba por ser contraproducente, pues las expectativas se ponen por las nubes y luego vienen las decepciones.
Por suerte este no ha sido mi caso, ya que no esperaba que la película fuera nada del otro mundo, más allá de una buena película. Y es lo que me he encontrado. Es una buena película, pero nada más. No esperéis encontraros con una obra maestra del séptimo arte, que marcará vuestras vidas y pasará a la historia. Y tampoco esperéis que os haga llorar de principio a fin como muchos van diciendo por ahí. ¿Que Bayona ataca directamente al corazón buscando la lágrima fácil? Sin duda es una de sus armas, pero exceptuando el final de la película, completamente previsible y esperado, no la he encontrado tan lacrimógena como la pintan.
A nivel técnico, la película es impecable de principio a fin, ambientación, efectos especiales, fotografía y música. Las partes de animación están hechas con un estilo muy trabajado y agradable, de hecho, ha sido de lo que más me ha gustado del film.
A nivel interpretativo, los actores cumplen con creces su cometido, aunque no he llegado a empatizar demasiado con ninguno de ellos. Sigourney Weaver impone con su mera presencia en pantalla y sí que me hubiera gustado ver un poco más a Felicity Jones. El niño, Lewis McDougall está bien, pero tampoco tiene una interpretación prodigiosa.
En cuanto a la historia, no puedo decir si es una buena adaptación, ya que no he leído el libro de Patrick Ness, pero en pantalla resulta previsible en exceso, aunque es entretenida y engancha hasta el final. La metáfora visual del monstruo y sus enseñanzas son un recurso interesante para suavizar y darle un punto de vista más original a una historia dura que ya hemos visto en muchas ocasiones.
Por último, si he de ser sincero, no entendí del todo el final de la historia. He echo varias conjeturas al respecto, pero no lo tengo claro.
Lo mejor: Todos los aspectos técnicos, especialmente las historias narradas por el monstruo representadas mediante cortos animados y la fotografía.
Lo peor: No consiguió que empatizara con ninguno de los personajes. Es demasiado evidente que busca la lágrima fácil. Es muy previsible.
Nota: 6,5/10
La frase: "Un chico, demasiado mayor para ser un niño. Demasiado joven para ser un hombre."
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3416532/
Comparto contigo la visión de esta película, aún así añadiría un aspecto que no nombras y que a mí fue el que hizo que no epatizase con el dolor del niño ni de ninguno de los personajes:hay un componente...no sé cómo se dirá en palabras cinematográficas...para mí es una LENTITUD innecesaria en toda la película, lo que hace que me desconecte de la historia y, por mi propia dificultad para sostener la espera cuando ya es previsible lo que viene a continuación, me voy al aburrimiento o directamente al malhumor. ES decir: ni una lágrima vertí en la susodicha pelicula y sí algún bufido. Particularmente encuentro a Bayona muy "americano mediocre". Ya no me gustó en Lo Imposible, que me pareció carente de todo (excepto los efectos etc) y me volvió a pasar con esta. Para mí a este director le falta alma
ResponderEliminarBienvenida Ángela a este humilde espacio. Gracias por pasarte y comentar.
EliminarRespecto a lo que comentas sobre que la pel´ciula es lenta, te comprendo perfectamente, aunque en esta ocasión el que sea lenta no ha hecho que resulte aburrida, al menos para mí. Sí que es cierto que el hecho de ser tan previsible le resta un punto de intensidad e interés.
empatizase
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