A muchos os extrañará ver aquí una entrada sobre deportes, pero el deporte es, al fin y al cabo, también una forma de ocio y, como tal, tiene cabida en este blog aunque pocas veces me decida a tocar el tema. De hecho, o mucho me equivoco o estoy convencido de que hace exactamente dos años que no escribo una entrada relacionada con el deporte, y esa última fue dedicada justamente a la décima Copa de Europa que ganó el Real Madrid.
Como en aquella ocasicón, no pretendo hacer aquí una crónica del partido, para eso están los periodistas y medios especializados pero, como buen madridista, quería dejar constancia en mi blog de un hito tan importante en la historia del madridismo. Que once copas se dicen pronto pero cuestan muchos años llegar a conseguirlas. Así, como curiosidad y, como quien no quiere la cosa, dejo caer el dato y comento que el siguiente en la lista es el Milán con siete entorchados. La diferencia es abismal.
Como sucedió hace dos temporadas, el partido no fue bueno, aunque sí equilibrado y emocionante en muchas de sus fases. Quedarán como anécdotas las lágrimas de Carvajal al lesionarse, que ha hecho una temporada de escándalo y estaba destacando en el partido, que Ramos volviese a marcar en una final de Champions (aunque en realidad no llegó a tocar el balón y estaba en fuera de juego). Ver al final del partido a muchos jugadores de ambos equipos físicamente fundidos, con calambres, cojeando y arrastrarse por el campo era una prueba clara de que lo dieron todo durante los 120 minutos que duró la final.
Al final, es cierto que los penaltis son una lotería, que tal vez cualquiera de los dos equipos hubiese sido justo vencedor, pero en este tipo de situaciones es dónde aflora la experiencia del Madrid y la suerte del campeón. No en vano, de catorce finales que ha jugado, solamente ha perdido tres y eso no es fruto del azar. El que lo piense es un necio. (Bueno, para los otros que piensan que la mitad fueron regaladas por el Caudillo, no pienso ni mediar palabra)
También sera recordada esta Champions como la primera de Zidane como entrenador, que cogió el equipo en diciembre tras una primera mitad de temporada desastrosa con Rafa Benítez al frente y consiguió alzarse con el trofeo más prestigioso y pelearle la Liga al Barcelona hasta el último partido. No está mal para un debutante.
De esta edición dirán que al Madrid se lo pusieron fácil, que el bombo le fue propicio y que fue el Atlético el que se enfrentó y derrotó a los grandes equipos del continente. No lo voy a discutir, pero nadie parece recordar que a esos otros equipos, con menos nombre y prestigio, también hay que ganarles en el campo y no siempre es fácil. Muchas veces son los que más pelean.
Esta claro que cada uno barre para casa y vela por sus intereses y lo de quitar méritos al rival siempre está a la orden del día. Forma parte del fútbol. Pero que queréis que os diga, a mi ya no me llegan los dedos de las manos para contar la Copas de Europa de mi equipo... ¡¡¡HALA MADRID!!!
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