Como la vida misma, el cine también es algo cíclico. Por eso, cada cierto tiempo, solemos encontrarnos fenómenos que se repiten de una u otra forma.
Al igual que actualmente está haciendo la Universal intentando revivir y volver a poner de moda a los monstruos clásicos con películas como El Hombre Lobo, Yo, Frankenstein, Drácula, El Origen de la Leyenda o las próximas El Monstruo del Lago Negro o La Momia, allá por los años noventa, también se puso de moda revivir a esos personajes icónicos del cine de terror con films como Drácula de Bram Stoker, Frankenstein de Mary Shelley, Lobo o La Momia, todas con muchísima más calidad que las actuales, dicho sea de paso.
La película de la que hoy os hablo, dirigida por el recientemente desaparecido Mike Nichols, es una puesta al día del mito del Hombre Lobo que mantiene bastante bien los parámetros básicos de la historia clásica. Su mayor atractivo reside, sin duda, en el cuarteto protagonista. Con unos siempre geniales Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer secundados por un joven James Spader y el veterano Christopher Plummer.
La historia es una drama de terror salpimentado con toques de romanticismo con una pareja que, a priori, pueda parecer que no pegan demasiado pero que, gracias al gran trabajo realizado por Nicholson y Pfeiffer nos creemos a pies juntillas (he de confesar que el cartel de la película, con esos ,apellidos uno al lado del otro siempre me hace temblar de emoción). La química entre los dos es muy potente. El guión además, sin ser ninguna maravilla, está bien orquestado y engancha bastante al espectador, haciéndole partícipe de las desventuras del protagonista y su interesante evolución a lo largo del film.
Personalmente, es una de mis películas favoritas sobre el tema, especialmente gracias a los actores. Creo que es en una de las películas en las que Pfeiffer sale más guapa, haciendo el director un uso muy inteligente de su intensa mirada.
Resumiendo, un film muy recomendable, que no deberíais dejar de volver a ver y si aún no lo habéis visto, ¿a qué esperáis?
Lo mejor: Los actores. La transformación y caracterización del hombre lobo es muy clásico, todo a base de maquillaje y efectos de cámara, nada de CGI.
Lo peor: La historia es previsible y el guión puede pecar de simplón. Los efectos de maquillaje pueden parecer, a día de hoy, bastante desfasados.
Nota: 7/10
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