Reconozco que, de entrada, ya no me atraía demasiado la propuesta pero su corta duración (apenas una hora y cuarto de metraje) acabó por convencerme de darle una oportunidad.
La propuesta es un tipo de film no demasiado habitual en el cine español, lo que se suele denominar en los últimos tiempos con el término aglosajón found footage, que quiere decir algo así como grabación encontrada. Sí, La Cueva es una cinta más nacida al amparo del éxito comercial de La Maldición de La Bruja de Blair y otros tantos sucedáneos que la han seguido a lo largo de las últimas décadas. Aunque recordemos que la primera obra que explotó el método fué Holocausto Canibal.
Desde entonces muchas películas de diferentes géneros se han subido al carro y, siendo sinceros, hay que rebuscar mucho para encontrar alguna que sea medianamente aceptable, aunque en el ámbito nacional contamos con la fantástica REC. La Cueva no es una excepción. Es un truño del quince, como se suele decir, y no hay prácticamente nada que se aproveche.
Podríamos salvar los últimos veinte minutos porque es dónde se concentra la acción y que puede despertar al espectador del letargo al que se ha visto sometido desde el principio del film. Una historia típica, contada millones de veces, previsible hasta la extenuación y con unos interpretes bastante pobres a los que, podemos perdonarles razonablemente sus penosas interpretaciones pues los personajes a los que dan vida son tan planos, tan llenos de clichés y tan faltos de carisma que es normal que los actores no se hayan preocupado mucho de explotar al máximo sus talentos interpretativos. Por otro lado, también puede ser que, simple y llanamente, sean malos actores.
Desde mi punto de vista, La Cueva es una pérdida de tiempo. Vale, el tiempo no es mucho, pero no es algo que me sobre últimamente.
Lo mejor: Su corta duración y los últimos minutos de la cinta.
Lo peor: Su falta de originalidad. Sus malas interpretaciones.
Nota: 3/10
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