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miércoles, 22 de octubre de 2014

ESPECIAL "EL EXORCISTA": Crítica de cine en pocas palabras

Venir a estas alturas a hacer una crítica de El Exorcista se me antoja bastante innecesario, ridículo me atrevería a decir incluso. Hacer una reseña de una película del año 1973, que ya ha visto todo el mundo y es un clásico del cine y un icono que define todo un género tal vez no haga falta.

Sin embargo, ya que es una de mis películas favoritas, y ya que es la película más terrorífica de todos los tiempos (sí, he dicho "la" y no "una de las") creo que merece que le dedique aquí un pequeño espacio.

La adaptación al cine de la novela, inspirada en un hecho real, El Exorcista de William Peter Blatty, dirigida magistralmente por William Friedkin y con guión del propio Blatty, fue un éxito revolucionario y marcó un antes y un después en el cine de terror. La historia de una niña inocente poseída por, no un demonio cualquiera, sino por el mismísimo Diablo y el intento de dos sacerdotes por salvar su vida y su alma removieron el alma, la moral, las creencias y el estómago de millones de personas.



Es, creo yo, lo mejor de El Exorcista, dan igual tu condición, seas creyente o no, profeses la religión que profeses, la película apela a ese miedo subconsciente, irracional y absurdo a lo desconocido que está oculto en lo más profundo de nuestras mentes y consigue inquietarnos, tenernos en tensión e incluso asustarnos, no directamente por lo que se muestra en pantalla, sino por lo que representa. De hecho, la mayoría de la gente cuando se habla de El Exorcista siempre menciona las típicas escenas de la cama levitando, la masturbación con el crucifijo o el giro de cabeza de Regan. Yo en cambio tengo mucho más arraigado en mis recuerdos los sonidos, las sombras, la inquietante banda sonora... ese grito de Reagan cuando el Padre Merrin entra en la casa es uno de los sonidos más aterradores que he escuchado en una sala de cine.


¡¡¡ MEEEERRIIIIIINNNNN!!!

La película cuenta con unas interpretaciones soberbias, Linda Blair, el genial Max Von Sydow, Ellen Burstyn y Jason Miller, un montaje genial, mejorado con su reestreno con 11 minutos de escenas añadidas en el año 2000 (eso si, el nuevo doblaje destrozó literalmente muchos momentos del film en su versión española). Los efectos especiales eran rudimentarios pero muy efectivos y su fotografía era, simplemente, genial. El guión, escrito como ya he dicho, por el propio Blatty, supera con mucha diferencia la calidad del libro original, algo que sucede muy pocas veces.

El Exorcista estuvo nominada a 10 Oscars de la Academia, de los que ganó 2 (Guión Adaptado y Sonido). Entre las nominaciones, estaba la de Mejor Película. Si mi memoria no me falla, es la única película considerada de género de terror que ha optado a este premio.



No voy a escribir aquí ninguno de los cientos de historias, ciertas o no, que giran en torno a la película, los supuestos hechos extraños que rodearon tanto su rodaje como su estreno, ni cosas parecidas. Estaréis hartos de oirlas y no aportaría nada nuevo. Si estáin interesados, la red está plagada de ellos.Lo que sí voy a hacer, a petición de dos buenas amigas del Twitter, compañeras de fatigas cinematográficas @piringuina y @KrTles, es contaros mi pequeña anécdota personal de la primera vez que vi esta película.

Os pongo en situación: Yo tendría unos trece o catorce años. Mis padres nunca me habían dejado ver la película porque, con todo su buen criterio, la consideraban demasiado fuerte para un niño de mi edad. Mi padre siempre me cuenta que cuando fue el estreno en el cine (en aquel momento vivían en Lisboa), no pudieron ir juntos porque mi madre estaba embarazada de mi y recomendaban a embarazadas, personas con dolencias cardíacas, etc que no vieran la película, así que tuvo que ir mi padre solo. Lo de las ambulancias a las puertas de los cines para trasladar a personas con ataques de ansiedad y pánico no eran una leyenda urbana parece ser, ya que él mismo fue testigo. Así que creo que había motivos suficientes para no dejarme verla.

En aquella época, era de los pocos niños afortunados que tenía una televisión en mi habitación donde conectar mi Spectrum, pero donde también podía ver la tele. En blanco y negro, eso sí, pero con unas respetables 21" para los tiempos que corrían.

Cierta noche pasaron El Exorcista por televisión, así que, ni corto ni perezoso, me fui a cama temprano y, con la puerta cerrada y el volumen bajito me puse a verla en secreto.



Simplemente puedo deciros que me impacto tanto que en el momento en el que la cama de Regan empieza a dar botes y a levitar, me levanté cuidadosamente, me cogí una manta y vi el resto de la película sentado en una silla. Y una vez acabada, me lo pensé mucho antes de volver a la cama. No recuerdo haber tenido pesadillas, ni haberlo pasado mal después, pero durante la película no me volvía a meter en la cama ni de coña.

A día de hoy, todavía me resulta incomodo ver la película, no me preguntéis porqué. Soy un hombre adulto, ateo, que no cree en Dios ni en el Diablo, pero sigo pensando que ver El Exorcista estando solo en casa, es para pensárselo dos veces. De todas formas, lo haré de nuevo en breve.

Lo mejor: Todo. Interpretaciones, guión, montaje, fotografía, banda sonora, que sea mejor que el libro.

Lo peor: El doblaje de la versión del 2000. La gente que se la toma a chufla porque, en realidad utilizan el humor como escudo ante el miedo que no admiten que sienten.

Nota: 10/10






Otras reseñas de El Exorcista:


http://rebobinandovhs.blogspot.com.es/2014/10/el-exorcista-cine.html
http://www.pandora-magazine.com/cinetv/especial-halloween-el-exorcista-el-montaje-del-director-de-william-friedkin
http://cinedepatio.blogspot.com/2014/04/el-exorcista.html


3 comentarios:

  1. Guau!!! Veo que te gusta mucho. Yo no soy un gran fan del género de terror, la peli mola, pero me es muy difícil decir cual me ha gustado más.
    Un grandísimo trabajo!!! Dan ganas de volver a verla.

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  2. Dices que no sabes si es pertinente hacer una crítica o reseña de esta película por todo lo que supone pero se desprende tanto amor por ella de tus palabras, que era casi obligatorio que lo hicieras.

    Muchas gracias por dedicarnos la entrada y muchas gracias por compartir tu experiencia con todos nosotros.Quizá la anécdota no sea nada extraordinario para algunas personas pero, los que como tú, llevamos viviendo el cine de manera especial desde que éramos niños, somos capaces de comprender como te sentiste y de lo imporaten que fue para ti este momento.

    Ya nos contarás que tal si la vuelves a ver solo en casa, yo no me atrevería a hacerlo :)

    Grandísima entrada, amigo, un abrazo

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  3. El Exorcista… Qué puedo decir de esta gran película, de esta película que transciende su propio significado para colarse como experiencia vital en el tuétano del horror.

    La primera vez que visioné esta película debía tener unos nueve años, no era más que un crío jugando con los muñecos del Jedy y desmontando el Autocross, quizá por tercera vez…

    Y de repente…

    Mi prima, unos años mayor que yo, pide a mi madre, mayor que yo, y a mi hermana, mayor que yo, ver una película de terror, asegurando que ella nuuunca iba a tener miedo. Ni corta ni perezosa mi madre trae del videoclub una película siniestra… "Se va a enterar esta sobrinita mía"

    La estampa: un crío que tuvo que insistir lo suyo (rozando la rabieta) y dos jovencitas dominando el sofá principal del salón, expectantes. Mi padre viéndonos de soslayo camino a su habitación, como diciendo… “no sabéis lo que os viene encima” y mi madre agazapada en un pequeño sofá lateral, como una tigresa observando a su víctima, a la espera del primer gesto de terror por parte de mi primita.
    Una hora y media después: dos jovencitas mudas del horror, una tigresa relamiéndose la sangre de su presa y un crío meándose de miedo, cagándose en su familia y con canas en el pelo.

    Como un autómata fui a mi habitación y abrí un comic de Mortadelo y Filemón, consciente de que por alguna razón debía salpicar mi mente con nuevas imágenes.

    TODO FUE EN VANO

    Cómo contar lo que sentí… El mal por el mal.

    En los ojos de la niña vi ese mal carente de bondad. Un mal al que no puedes pedir clemencia. Una maldad tan pura que se convierte en algo irracional, y al no poder explicarla, al no poder entenderla ni empatizarla, trastorna su propio origen y toda posible remisión.
    La fuerza de esta película reside en su poder para hacernos vulnerables al terror instintivo que pone en entredicho nuestra racionalidad.

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